EXTRAÑO
Dándole forma a lo que va a ser mi comentario sobre EXTRAÑO, la nueva revista peruana de comics, me pregunto cuál puede ser la utilidad de publicar algo al respecto, porque sé, antes de empezar a escribir, que la mía no es una mirada complacida o complaciente. Necesitamos saber algo más que los nombres de los autores, dónde comprar la revista, o que Juan Acevedo, como él mismo recuerda en el prólogo, conoce a algunos de ellos desde niños ? Son aceptables sólo las opiniones favorables ? De esto último estoy seguro que NO, pero mi duda inicial persiste. Diré, simplemente, que sólo puedo desear que estos comentarios sirvan de algo, para quienes siguen este blog e, idealmente, para quienes hacen comics, los leen y comparten nuestra obsesión por ellos. Y para quienes crean que observar críticamente y discutir sobre esta obsesión ( y un oficio, y, a veces, un arte ) le favorece tanto como su ejercicio práctico.
Vivimos uno de los momentos más interesantes en la evolución accidentada e irregular del comic que se hace en el Perú. Tengo la impresión de que nunca antes se han producido tantos comics como ahora, observando el número de fanzines que se apilan en los ( es cierto, pocos ) establecimientos que apoyan a los creadores locales. Soy de los que creen que en el fanzinismo está el futuro del mejor comic peruano, por el simple hecho de que en ese ambiente, por su naturaleza marginal, los autores ( los buenos, los mejores ) no se obligan a obedecer fórmulas y, por el contrario, se abren a todas las formas de experimentación, y a la búsqueda de su propia voz. Aunque, como nada es perfecto, sea la misma flexibilidad del medio fanzinero la que tampoco obliga a desarrollar una mayor disciplina de trabajo, que auto-imponga un ritmo sostenido de producción. Libertad y responsabilidad.
Este espíritu libre sobrevive en EXTRAÑO, que no es un fanzine sino una revista de peso ( se me hace difícil verla como libro, que es como viene promocionándose ) y esa cualidad sola es suficiente argumento a su favor. Cuando escucho de algunos esa pusilánime muletilla del "es que no hay apoyo," pienso que lo único que opera en contra nuestra es el silencio y la inacción. El fanzinismo, y una aventura autogestionaria como EXTRAÑO, son todas señales de buena salud. TODAS las propuestas son necesarias, aunque no todas ( en realidad, pocas ) den en el blanco. Todos los esfuerzos representan un momento importante en la evolución hacia un verdadero y maduro COMIC PERUANO.
La libertad con la que se maneja EXTRAÑO es visible inmediatamente en su variedad de estilos y maneras de articular el lenguaje del comic, en algunos casos con una sorprendente y precoz destreza. No hay dos EXTRAÑOS iguales, ni parecidos, aunque compartan sensibilidades. Hay entre ellos algunos más líricos o más expresionistas, más realistas o caricaturales, unos oscuros y otros festivos. Pero es igualmente visible una notoria irregularidad en la calidad general de la revista, resultado de un criterio editorial poco riguroso. De una página a la siguiente, un trabajo hábil y refinado, que sólo puede ser el resultado de un conocimiento, experiencia y AMOR por los lenguajes del comic, es seguido por algo improvisado e irresponsable, indefendible por donde se le quiera ver. Los cambios y aprendizajes que necesitamos hacer incluyen la labor editorial, y EXTRAÑO ha tenido la oportunidad de demostrar si las revistas peruanas de comics ya son capaces de organizarse como verdaderas antologías, y no sólo como reuniones de amigos. El momento interesante al que me he referido lo es, además, porque nos pone a prueba : cuál es nuestro nivel de compromiso con este oficio ? Son nuestras pretenciones más fuertes que nuestros talentos ? Porque, ciertamente, el talento se educa ( si existe, y está bien enfocado ) , pero también corre el peligro del estancamiento y la placidez cuando lo damos por hecho. Para el editor ( Paulo Rivas, en EXTRAÑO ) nunca puede ser suficiente que los creadores invitados simplemente hagan acto de presencia para justificar el espacio que reclaman en la revista. La prueba de competencia que a él le toca cumplir es la de dar cohesión y coherencia a la publicación, definir su personalidad, su temperamento, ese tono que la diferencie y la haga única. Ser selectivo y discriminante, no un amigo dócil.
EXTRAÑO empieza con una de las mejores portadas que haya visto en una revista peruana de comics. Puede ser una cuestión de preferencias personales ( porque creo que el blanco y negro es el elemento natural del comic, más que el color ) pero sería útil, y justo, hacer alguna vez una antología ( esa sí ) de las mejores portadas para revistas de comics hechas en el Perú, y reconocer el valor de esta portada en particular. Alvaro Portales demuestra que podemos, y debemos, empezar por dominar la lengua materna del comic, el blanco y negro, antes de atolondrarnos con el color. Por diseño, concepción, composición, textura, línea -- y hasta por el recurso casi infalible de herir la página, en el mejor de los sentidos, con un certero golpe de rojo -- la portada de EXTRAÑO destaca, con su crocante blanco y negro, por encima de las demás. Cualquiera. Y estoy considerando en este ranking a todas las revistas de importancia ( y de formato similar ) que he visto desde principios de los años 80, es decir, desde la "antigua" ETIQUETA NEGRA ( sin relación alguna con la descafeinada publicación que existe hoy con el mismo nombre ) , hasta INOCENTE HECATOMBE, PANICO o TIENEDIENTES. Desafortunadamente, la promesa ofrecida desde la impecable portada de Alvaro Portales no es honrada en proporción equivalente por todos los participantes en EXTRAÑO. El cuerpo de la revista, su contenido, ha sido distribuido democráticamente ( error ) entre dibujantes/guionistas con talentos en muy desiguales estados de evolución, en algunos casos entre gente que necesita con urgencia enfocar mejor sus capacidades. Este es el equilibrio difícil, o imposible, de conseguir en una revista que empieza y termina siendo, todavía, sólo una reunión de amigos. En uno de los dos errores indiscutibles de Rivas como editor, trabajos que fueron concebidos y resueltos originalmente con color digital, han sido impresos en insípido y monótono gris, silenciando una cantidad importante de información visual. Este cambio ha vuelto inútil parte de los comentarios de Acevedo en su prólogo, cuando hace mención de las supuestas cualidades de Paulo Rivas para el color digital. Y digo "supuestas" sólo porque él mismo ha renunciado a exhibirlas en EXTRAÑO, no porque dude a priori de su competencia. Las debilidades e indefiniciones de algunos de los comics publicados ( "En la lejana Erithrea," de Rivas, justamente ) son enfatizadas por el lavado al que han sido sometidos en este cambio al gris, primer disparo al pie que la revista se provoca a sí misma. Pero la más desconcertante injuria sufrida por la revista es la presencia del storyboard perpetrado por Andrés Edery, y de nuevo, es un ultraje que tendría que haber sido evitado por el editor. Si, por un lado, la portada de Alvaro Portales es un ejemplo que va a resistir el paso del tiempo, y es una señal de cosas buenas por venir, lo escrito y firmado por Edery en EXTRAÑO sólo podría ser imaginado como una agresión dolosa al oficio de dibujante, algo que no recuerdo haber visto nunca. O se trata de un caso de inexplicable mala fe, o Edery equivocó de oficio. Esperemos que no sean ambas cosas. Puedo entender de las prisas y atajos que uno se inventa cuando trabaja con los plazos homicidas de la ilustración comercial, y que, en algunos casos, nos ponen en la desagradable posición de tener que entregar trabajos de los que no quisiéramos volver a saber. Le pasa a los mejores. Lo que no puedo entender, y no creo que exista defensa posible, es hacerlo calculadamente, aprovechando la oportunidad de publicar en una revista de comics cuya razón de ser es presentar SOLO lo mejor de los creadores invitados. Y que se considera "antológica."! Con el alarmante ( por sintomático ) título de "Pero sigo siendo el rey," Edery deposita en las inexpertas manos de Paulo Rivas un escuálido e impresentable pre-boceto de diez páginas como vehículo para un muy efectivo guión humorístico, inofensivo, pero construido con habilidad y soltura, con la fluidez que tiene que haber logrado ejercitándose en la rutina de una tira diaria. Pero un comic no es, NUNCA, un storyboard. El comic es un lenguaje VISUAL integral y autónomo ( como si hiciera falta recordarlo ) que exige de quien elija expresarse a través de él -- antes que una encomiable pretención literaria ( no es el caso de Edery ) , antes que compromisos políticos o preocupaciones filosóficas -- pretenciones, compromiso y preocupaciones FORMALES. Es una diferencia entre elocuencia y balbuceo, entre cadencia y espasmo convulsivo, entre querer decir y tener la capacidad de hacerlo, la que Edery parece no haber internalizado aún. Si su futuro está más en la creación de guiones y el desarrollo de ideas que en el dibujo, es algo que debería definir él mismo de una vez, porque las señales que su trabajo emite ( y no me refiero exclusivamente a lo que presenta en EXTRAÑO ) apuntan en una sola dirección, y a sólo una de las opciones.
A Paulo Rivas sólo le quedó, en conclusión, cumplir las funciones de recepcionista de los trabajos que se publicarían en EXTRAÑO, "sí o sí." Por suerte para la revista, esta cuenta con cuatro creadores que le dan todo el peso que pueda tener : Alvaro Portales ( arte de portada + un comic ) , Marcos Descalzi, Ivan Visalot ( dos entregas ) y Martín López.
MUERTE Y MUERTO, de Alvaro Portales. Hubiera sido perfecta la ubicación de las dos páginas de Portales frente a frente, para disfrutar, en un solo golpe de vista, de un comic tan impecable como su portada. Pero igual, la lectura permite esa pausa. Son dos páginas en las que el tiempo ( su representación ) transcurre en dos velocidades diferenciadas. En la gran viñeta titular, sólo podemos permanecer estáticos ( exactamente como el personaje ) , hipnotizados por el movimiento circular de la marea, esperando a que algo suceda. La segunda mitad se resuelve en una sucesión picada de viñetas de la misma breve duración y en las que la secuencia es utilizada para insinuar una idea ( un temor : "así es, también, como opera la muerte" ) más que relatar una anécdota. Comic puro, trazado con una helada limpieza, mudo y fugaz.
ERONICA ( El Sueño ) , de Marcos Descalzi. La pesadilla sexual descrita en este comic es una fusión de instantes sin descanso, en viñetas de contornos amorfos como fluidos corporales.Una amenaza visceral, ginecológica, persigue y envuelve al protagonista, juega con él y lo arrastra, finalmente, a un climax letal. Todo en este comic está orgánicamente integrado, por un dibujo seguro, sólido, nítido y afiladísimo, a la visión de colapso y rendición emocional del personaje. Descalzi ya nos tiene acostumbrados a trabajos como este, tan visualmente exigentes, para él como artista, y gratificantes para quienes lo leemos. Mi única observación discordante : algunas onomatopeyas podrían haberse resuelto a mano, y brotar como emanaciones de esas ricas texturas cárnicas, tisulares, que Descalzi disfruta tanto dibujar.
Quiero aprovechar la oportunidad ( porque no abundan ) y añadir una opinión sobre el trabajo de Descalzi en general, no sólo lo que publica ahora en EXTRAÑO. Creo ver al mejor Descalzi ( o uno de sus mejores momentos ) en trabajos menos aparentemente ambiciosos, como los que publicó en INOCENTE HECATOMBE, especialmente su "Evitamiento's Highway Blues." Sin desmerecer para nada proyectos del nivel de "El Hada," hay en aquellos comics una vitalidad, dinamismo, flexibilidad y pulso seguro que Descalzi consigue ensamblar magistralmente. Su vocabulario visual es más interiormente nutrido que ornamental ; dice tantas cosas sobre el arte del dibujo en unas cuantas pequeñísimas viñetas, como en una sofisticada, pero fría, página de "El Hada."**
Volviendo a EXTRAÑO : EL MOMENTO, de Ivan Visalot. El ejemplo de Visalot me sirve para intentar demostrar un punto, y que viene al caso en un comentario sobre el comic local : EL MOMENTO es el tipo de comic que "no me gusta." Hay una intención kitsch, una tersura relamida ( acentuada por el "color" de Rivas ) , que no estoy seguro de cuan nativas o artificiales puedan ser. Es una estética elegida y cargada de ironía ? Está limitado, sin darse cuenta, por un modelo conservador y redundante ? Pero ASTUTO o HUACHAFOSO ( especialmente si es lo segundo, y este es el punto que intento demostrar ) , este trabajo de Visalot no me impide de otra forma ver su asombrosa desenvoltura y locuacidad en el lenguaje del comic. Un diálogo con brillantes ascensos y descensos de intensidad, encuadres dinámicos como los exige esta historia, diseño cuidadoso de sus personajes ( aunque por ahí va mi duda sobre la astucia vs. ingenuidad de Visalot : sus personajes femeninos, son la "realidad" ? Son su comentario crítico sobre aquel modelo conservador y redundante ? ) . Y, además, el trazo más vigoroso entre todos los dibujantes de EXTRAÑO, aunque no consistentemente el más seguro. En sucesivas observaciones, la superficie de su dibujo muestra ciertas imperfecciones, y algunas incongruencias que no esperaríamos de un estilo exigente como el que ha elegido ( desproporciones anatómicas, o imprecisión desprolija de la línea, por ejemplo ) , pero nada que exceda las visibles habilidades de Visalot para el comic. EL CONTRATO , su segunda entrega en EXTRAÑO, se siente como un incómodo retroceso. No está presente la misma inteligencia visual de EL MOMENTO para explotar las posibilidades de la página con similar ambición. Es un trabajo de tercer orden, más en línea con el nivel bisoño y amateur de los comics presentados por Paulo Rivas, JK, Carlo Neyra, Wilmer Fashé ( hay una excepción pertinente que hacer aquí, pero más adelante ) y M. Gómez Burns ( aunque hay algo en la despreocupada alegría de su anécdota que podría justificar, en parte, el descuido y la pereza para permitirse un mejor dibujo ) .
MI PEQUEÑA MOUSTRITA, de Martín López. El comic de López delata sus lecturas y preferencias. El dibujante de comics ES LO QUE VE, quiera que no, así como no existe escritor que no sea, primero, un lector voraz y demandante. MI PEQUEÑA MOUSTRITA ( escribió "mal" esta palabra, a propósito ? ) es uno de esos infrecuentes ejemplos de comic ( local ) que se acercan a la presentación de una sensibilidad más adulta, en el tema y en el tratamiento, y esto es, con seguridad, resultado de un manejo y conocimiento de referentes más sofisticados que los habituales para un dibujante peruano. López ha elegido trabajar la factura expresionista y lo hace con economía y concisión, en un equilibrio de forma y contenido que todo el tiempo se siente natural. Oxígeno y perspectiva que talvez tengan mucho que ver con el hecho de que resida a buena distancia del Perú. No se trata de copiar estilos ni contenidos, ni de quemar etapas y afectar madurez que no se haya ganado en legítima fricción con la vida, sino de ser aguijoneados por materiales tan variados, tan abiertos, y que esperan tanto de sí mismos, que empujen al artista principiante por su propio camino de exploración y descubrimiento.
Con Wilmer Fashé sucede algo que puede servir como ejemplo clarificador para otros. Su KISS YOU, KILL YOU se sostiene SOLO por el valor independiente de su argumento y la idea gráfica de sus últimas dos viñetas. El diálogo, presentado en subtítulos ( que no lo son, como nos enteramos al final ) , es de una naturalidad casi perfecta, y que nadie entre los "historietistas" locales parece interesado en registrar. ( Casi perfecta, excepto por un "ROSTROS" en lugar de "CARAS," en la novena viñeta ) . Fashé podría decir que su diálogo es una transcripción literal de una conversación "chuponeada," y le creeríamos. Así de real se siente. Pero decidimos creer que es un diálogo imaginado por él, y de la misma manera como el comic de Martín López nos avisa qué y cuánto ha leído, KISS YOU, KILL YOU nos dice que Fashé tiene un oído atentísimo y la memoria para devolver lo oído ( el habla coloquial, el sonido de la calle, los dormitorios, la intimidad ) transformado en un diálogo fluido, reconocible, y exacto para el episodio. En realidad, es un diálogo que HACE al episodio, por virtud de su naturalidad y la precisión con la que construye una tensión emocional ascendente. Es, al igual que en el comic de Martín López, la presencia de una sensibilidad adulta la que añade peso y espesor a esta brillante secuencia, suficientemente sólida para existir independientemente de un dibujo muy pobre y estereotipado. El cuidado y la puntería de Fashé para registrar una conversación ( una experiencia ) cotidiana, plausible y no impostada, no existen en ninguno de los niveles de su propuesta visual. No hay creación de personajes ( el tipo podría confundirse con la versión genérica de un "marine," y la chica no es más que otra muñeca inflable de las que aparecen en CHESU ) , ni ambientación ( dibujar fondos con desgano no puede pasar por "minimalismo," o excusa parecida ) , ni nada que progrese de la más vulgar presentación de lo obvio ( la escuela CHESU, nuevamente ) . Deformaciones del pluriempleo : creer que estamos igualmente calificados para hacerlo todo, guión y dibujos.
Al "comic peruano" le espera un trabajo necesario y conciente de auto-definición. Tiene que empezar por preguntarse hacia dónde quiere ir, qué es lo que tiene a su favor para llegar, y cuales son sus limitaciones. Como el comic ya dejó de ser, hace mucho, un vehículo MASIVO de entretenimiento, el compromiso de sus creadores es, cada vez más, individual. Es lo que un futuro lector exigente saldrá a buscar, artistas que sólo respondan ante sí mismos, no ante "públicos objetivos," ni el rebaño de los focus groups. La autocrítica severa y habitual deberá existir siempre al lado de la crítica especializada ( la cual tendríamos si Mario Lucioni no nos hubiera abandonado ) . La ausencia de ambas, en el presente, debería llamarnos la atención : Qué es lo que deseamos ? La autarquía conformista en la que el pensamiento dominante sea "nuestro comic es bueno porque es nuestro"? El antídoto contra esa forma de parálisis autoinducida es someternos a las reglas de la más brutal selección natural. Darwinismo estético. La supervivencia de los más talentosos. El experimento EXTRAÑO es, todavía, como toda revista peruana de comics, el cobijo benefactor de la reunión fraternal, pero cumple satisfactoriamente como advertencia. Es uno de varios posibles resúmenes de lo bueno y lo no tan bueno del comic local, una exposición de todo lo crudo, sofisticado, accidental, culto, convencional, audaz, perfectible, irredimible, postizo, genuino, adulto y adolescente del comic que se hace en el Perú. Tenemos que reconocer el esfuerzo. Siempre será peor, pero más fácil, cruzarse de brazos y guardar silencio.
** Que no se entienda mal : "El Hada," de Marcos Descalzi, es EL comic que marca un nivel muy alto de calidad gráfica, y que todo dibujante, joven o trajinado, debe tener en cuenta. Y estudiar. Y que además, como para incordiar a los envidiosos, entre los que me encuentro, posee la extraña virtud de verse mejor con cada nueva lectura. Ya que estamos aquí : no pasa nada con su Caraxoman. Es su camisa de fuerza. Markus jugando para la popular.
Comics que nadie lee/Para un publico que no existe
Tuesday, October 31, 2006
Sunday, October 15, 2006
RESPUESTA A "el usuario anónimo"
Talvez no fui suficientemente claro : lo único que dije fue que TODO, visto desde cierta distancia, es siempre una cojudez. Nada más. No se inflame, fanboy...Puedo llamarle "fanboy" ? Porque "usuario anónimo" es muy...no sé...genérico.
A propósito de cojudeces, una pregunta de esas : Cuál es la necesidad de los anónimos o pseudónimos ( o de utilizar el nombre de otra persona ) ? Es como tocar el timbre y salir corriendo. Hasta los once años, es divertido. Ahora que lo pienso.. Mmmmm... Será la edad mental de mis lectores ? Todo es posible. En todo caso, demostraría que el mundo de los comics ( locales ) , sí pues, es pura cojudez. Empezando por este blog. Ah, pero por supuesto. No faltaba más. Qué caray.
Talvez no fui suficientemente claro : lo único que dije fue que TODO, visto desde cierta distancia, es siempre una cojudez. Nada más. No se inflame, fanboy...Puedo llamarle "fanboy" ? Porque "usuario anónimo" es muy...no sé...genérico.
A propósito de cojudeces, una pregunta de esas : Cuál es la necesidad de los anónimos o pseudónimos ( o de utilizar el nombre de otra persona ) ? Es como tocar el timbre y salir corriendo. Hasta los once años, es divertido. Ahora que lo pienso.. Mmmmm... Será la edad mental de mis lectores ? Todo es posible. En todo caso, demostraría que el mundo de los comics ( locales ) , sí pues, es pura cojudez. Empezando por este blog. Ah, pero por supuesto. No faltaba más. Qué caray.
Tuesday, October 10, 2006
CONVERSACION CON EL DOCTOR VERTIGO
Lo que sigue es parte de una conversación que tuve con el Doctor casi inmediatamente después de interrumpirlo para publicar su artículo, del sábado 7 de octubre. Mis conocimientos de la tecnología de grabación son del tipo que le hacen a uno registrar la primera conversación a mitad de la segunda o tercera oración.
cairo : ...de otra manera. Pero creo que ahora sí, verdad ?
doctor : No se. Tú manejas la huevada.
cairo : Sí, tío. Tú tranquilo...
doctor : zzzz...
cairo : ...puta su madre...
doctor : eres una bestia, Cairo
cairo : el que tiene plata la caga como quiere...
doctor : y tú eres un misio...carajo, Cairo ! Eso está funcionando hace rato !
cairo : ...yyyyyy...YA ! Oye, es verdad, estaba funcionando... Oí lo de "misio..."
doctor : Queda entonces registrado para la historia que no sabes usar una grabadora...
cairo : No se ni cómo usar un celular. Okay. Entonces : Doctor Vértigo, volvemos al principio.
Qué porquería estas viendo estos días ?
doctor : Estoy embriagado con una colección de trailers de películas de mujeres sin ropa...
cairo : Culatas calatas
doctor : Qué prosaico. Nudie Cuties de los sesenta...
cairo : Mi tipo de diversión !
doctor : Sí, como tus revistas que no me prestas ( ver "TieneDientes" 3 )
cairo : Ya, cuenta
doctor : Bueno, tú también las conoces. Son trailers de esas películas que mostraban lo que
mostraban aquellas revistas. Ahora son completamente inocentes, pero en los sesenta,
en los EE.UU. , películas y revistas de ese tipo existían marginalmente...
cairo : Aunque no ilegalmente.
doctor : El límite estaba marcado por el vello púbico. Eso es lo que estoy viendo últimamente...
cairo : Vello púbico
doctor : Y a pesar de lo inocente del tema, la estética del trailer las envuelve en una particular
sordidez, con su animación de fotos fijas, y si eran trailers en blanco y negro, con un
fondo musical de surf-rock, el efecto es casi de película de terror...comedia-terror...
cairo : Eso es lo delicioso del MAL CINE, todo su éxito es accidental, a pesar de sí mismo...
doctor : Por eso el efecto puede ser, en las peores películas, hipnótico...
cairo : "Esta mierda no es posible !"
doctor : Y esa huevada es irrepetible, es decir, no la puedes hacer a propósito
cairo : Claro, cuando decides recrear la estética del cine de explotación, te vuelves un payaso
tipo Tarantino...
doctor : Cagado en plata
cairo : Cagado en plata
-continuará
Lo que sigue es parte de una conversación que tuve con el Doctor casi inmediatamente después de interrumpirlo para publicar su artículo, del sábado 7 de octubre. Mis conocimientos de la tecnología de grabación son del tipo que le hacen a uno registrar la primera conversación a mitad de la segunda o tercera oración.
cairo : ...de otra manera. Pero creo que ahora sí, verdad ?
doctor : No se. Tú manejas la huevada.
cairo : Sí, tío. Tú tranquilo...
doctor : zzzz...
cairo : ...puta su madre...
doctor : eres una bestia, Cairo
cairo : el que tiene plata la caga como quiere...
doctor : y tú eres un misio...carajo, Cairo ! Eso está funcionando hace rato !
cairo : ...yyyyyy...YA ! Oye, es verdad, estaba funcionando... Oí lo de "misio..."
doctor : Queda entonces registrado para la historia que no sabes usar una grabadora...
cairo : No se ni cómo usar un celular. Okay. Entonces : Doctor Vértigo, volvemos al principio.
Qué porquería estas viendo estos días ?
doctor : Estoy embriagado con una colección de trailers de películas de mujeres sin ropa...
cairo : Culatas calatas
doctor : Qué prosaico. Nudie Cuties de los sesenta...
cairo : Mi tipo de diversión !
doctor : Sí, como tus revistas que no me prestas ( ver "TieneDientes" 3 )
cairo : Ya, cuenta
doctor : Bueno, tú también las conoces. Son trailers de esas películas que mostraban lo que
mostraban aquellas revistas. Ahora son completamente inocentes, pero en los sesenta,
en los EE.UU. , películas y revistas de ese tipo existían marginalmente...
cairo : Aunque no ilegalmente.
doctor : El límite estaba marcado por el vello púbico. Eso es lo que estoy viendo últimamente...
cairo : Vello púbico
doctor : Y a pesar de lo inocente del tema, la estética del trailer las envuelve en una particular
sordidez, con su animación de fotos fijas, y si eran trailers en blanco y negro, con un
fondo musical de surf-rock, el efecto es casi de película de terror...comedia-terror...
cairo : Eso es lo delicioso del MAL CINE, todo su éxito es accidental, a pesar de sí mismo...
doctor : Por eso el efecto puede ser, en las peores películas, hipnótico...
cairo : "Esta mierda no es posible !"
doctor : Y esa huevada es irrepetible, es decir, no la puedes hacer a propósito
cairo : Claro, cuando decides recrear la estética del cine de explotación, te vuelves un payaso
tipo Tarantino...
doctor : Cagado en plata
cairo : Cagado en plata
-continuará
Monday, October 09, 2006
COMENTARIOS
Mi vasta y neo-luddita ignorancia hizo que no me percatara antes de que yo mismo hice algo ( o no hice lo que debía haber hecho ) para permitir la entrada de comentarios a este blog. La entrada está ahora abierta. Creo. Nota a los posibles comentaristas : preferiría que utilicen sus nombres reales. Por qué no ?
-Cairo
Mi vasta y neo-luddita ignorancia hizo que no me percatara antes de que yo mismo hice algo ( o no hice lo que debía haber hecho ) para permitir la entrada de comentarios a este blog. La entrada está ahora abierta. Creo. Nota a los posibles comentaristas : preferiría que utilicen sus nombres reales. Por qué no ?
-Cairo
EL DOCTOR Y YO
Quisiera aclarar, en respuesta a un "comment" sobre el artículo del Doctor Vértigo, escrito por "Chacaloncito" desde España, que el Doctor y yo, Cairo, no somos la misma persona. Doctor Vértigo no es un alter ego, como lo describió otro amigo mío, cayendo en la misma confusión. Fuera de mencionarlo en esta aclaración, se que al Doctor no le interesa nada que hablemos de su sobria y sombría persona. En todo caso, su dignísima ha puesto a disposición de zombies, insomnes y noctámbulos, una dirección electrónica donde poder escribirle. En otro "comment," el Sr. Buitro ( con él y Chacaloncito ya somos tres los que sabemos que este blog existe ) hace una inelegante referencia a mi amigo Renso y su esforzada revista de comics, y que no dignificaré con una respuesta. Qué nivel, Sr. Buitro. Qué nivel.
Quisiera aclarar, en respuesta a un "comment" sobre el artículo del Doctor Vértigo, escrito por "Chacaloncito" desde España, que el Doctor y yo, Cairo, no somos la misma persona. Doctor Vértigo no es un alter ego, como lo describió otro amigo mío, cayendo en la misma confusión. Fuera de mencionarlo en esta aclaración, se que al Doctor no le interesa nada que hablemos de su sobria y sombría persona. En todo caso, su dignísima ha puesto a disposición de zombies, insomnes y noctámbulos, una dirección electrónica donde poder escribirle. En otro "comment," el Sr. Buitro ( con él y Chacaloncito ya somos tres los que sabemos que este blog existe ) hace una inelegante referencia a mi amigo Renso y su esforzada revista de comics, y que no dignificaré con una respuesta. Qué nivel, Sr. Buitro. Qué nivel.
Saturday, October 07, 2006
COMENTARISTA INVITADO EN VLTRA!COMICS: DOCTOR VERTIGO
Mi amigo Renso, el de CARBONCITO, me hace cada pregunta...Se interesó por mis preferencias cinematográficas, vaya Dios a saber por qué, y se puso él solito en la incómoda situación de tener que soportar uno de mis discursos. Lo siento por él. Y pensé que talvez sería el momento de solicitar la ayuda del Doctor Vértigo. El no sólo conoce mis gustos, los comparte. Y como me lleva la delantera, me he dejado arrastrar por él en la aventura de corromper los sentidos, bañándome en la luz enferma del cine que el mundo desprecia. Y con razón. Si alguien puede hablar sobre el mal cine, es el Doctor Vértigo
-Cairo
MAL de CINE
con el Dr. Vértigo
( maldecine@yahoo.es )
Alguien ve una película incuestionablemente mala-- tan MALA, estúpida e incoherente que sólo podría haber nacido de la mente creativa más transtornada-- y abandona la sala de cine, o cambia de canal. En pocos minutos, el recuerdo de la película se diluye, sin dejar rastros ni consecuencias. Pero hay otra persona que, viendo exactamente la misma película, queda transformada. Lo que acaba de sucederle no puede ser descrito, prosaicamente, sólo como "ver una mala película." Ha sido una EXPERIENCIA completa. Rotunda. Definitiva. Irreversible.
La "adicción" al MAL CINE es la única adicción que cumple con el mito popular ( y advertencia de todas las madres ) de tomar posesión de su víctima al instante. Uno no puede habituarse al MAL CINE de manera progresiva. No es una preferencia que se cultive y se eduque. Es una obsesión colosal que aplasta cualquier llamado a la cordura, o invocación al buen gusto. Es que el adicto sabe perfectamente que SU tipo de películas es indefendible. Es el desafío a todo lo bueno, digno y elevado del cine bueno, digno y elevado lo que excita sus más bajas pasiones cinematográficas. Y esto, sólo para empezar. Hay muchas "cualidades" del mal cine que cada adicto percibe, registra, y que favorece por encima de otras: EL MAL CINE ESTA EN LOS OJOS DE QUIEN LO SABE VER.
No hay una explicación satisfactoria para el nacimiento, desarrollo y persistencia del "MAL DE CINE" en los individuos que manifiestan esta inclinación, pero una manera de presentarlo es comparándolo con una PARAFILIA. Al igual que con los hábitos sexuales a los que nos referimos con ese término, quien "padece" el Mal de Cine lo asume en toda su perversa singularidad. No busca reconocimiento ni aceptación, ni siquiera complicidad, porque, como el oficio del dibujante de comics, el Mal de Cine es, esencialmente, un vicio solitario. Ver cine es una rutina social, componente de un sistema de ritos gregarios que hacen de él un espectáculo de masas. Se va al cine acompañado o se comparte la experiencia posteriormente con otras personas, con las que se busca conectar, encontrar en ellas a nuestros iguales, completar los circuitos de sociabilización, sentir la recompensa de ser parte de una colectividad reunida en torno a una preferencia "culta" o "popular," un universo conocido que excluye al cine verdaderamente marginal. No una vanguardia extrema y elitista. Ver MAL CINE, realmente VERLO, ser poseído por él, es pertenecer a una retaguardia sórdida ( qué imagen ) en la que ni el cine como espectáculo escapista, ni el cine indiscutiblemente artístico, tienen cabida, o significado, y que está compuesta por tan pocos individuos que es imposible poder hablar de una corriente, estilo o escuela. No existe un canon para el mal cine. El mal cine esta hecho en, y por, la mirada aislada de esos pocos que vemos distinto. Que vemos MAL.
malas películas y MALAS PELICULAS
Ciertamente, hay un cine poblado de películas convencionales, predecibles, formulaicas* y a las cuales, quienes sabemos VER, alcanzamos a describir sólo como "malas." Malas como hay tantas, del montón, anodinas, tan lejanas de nuestra sensibilidad como las "buenas" películas. A las malas películas se les nota el esfuerzo. Tienen ambiciones, pretensiones. Quieren ansiosamente ser un cine al que le corresponda un público normal ; no exigente, estúpido e ignorante, sin duda, pero normal. Al MAL CINE pertenecen películas que han cruzado un límite. Todos los límites. Mientras que una mala película permanece ceñida a la prudencia autorregulatoria de su autor o autores ( invariablemente una banda de mercaderes, más que un creador independiente ) , para no permitirse veleidades artísticas y mejor servir a ese público normal-ideal, una MALA PELICULA es una monstruosidad con voluntad, instintos y caprichos propios, una entidad espantosa que escapa de las manos de quien la crea, viaja, y anida en la conciencia pervertida de su impresentable "público." El empeño crudamente comercial de cualquier mala película es una preocupación insignificante, un juego de niños, para el creador de una MALA PELICULA. El propósito que lo anima es siempre grosero, vilmente comercial y anti-artístico, que nadie dude por un instante de su venalidad, pero a diferencia de aquello que se conoce como "producto," una MALA PELICULA no es complaciente. Es confrontacional. Talvez el mismo autor no sea enteramente consciente de ello, pero una MALA PELICULA tiene que brotar desde la oscuridad de una profunda ruindad intelectual, moral y estética. Y si algo funciona MAL en quien hace una MALA PELICULA, algo está peor en quien la SABE VER.
Boceto para una historia del MAL CINE
No sería justo hablar de MAL CINE en los primerísimos años de la "curiosidad científica" inventada por los Lumiere. Era demasiado pronto para exigirle coherencia, estructura o belleza a esa nueva forma de comunicación que, en su estado rudimentario, simplemente se esforzaba por no ser olvidada como una novedad pasajera. El cine pornográfico, visto en todo su potencial meretricio desde el día uno de la cinematografía, es un fenómeno paralelo, más marginal todavía, y con características fundamentales que lo separan del MAL CINE. Para empezar, y eso lo diría todo, era ilegal, subterráneo como ningún otro cine, perseguido pero irreductible. El MAL CINE ( que propiamente tomaría forma a medida que el cine se definía como lenguaje visual y como espectáculo comercial masivo ) siempre tentó a la censura, pero no lo suficiente para que su juego lo limitara a la media luz de unos cuantos burdeles, o la oscuridad de fiestas de solteros adinerados. El MAL CINE, por comparación, tiene un origen casi ingenuo y provinciano. Fue el puritanismo de las comunidades rurales de Norteamérica, entre cuyos pliegues subconscientes reposan los sueños más pervertidos, el que hizo posible la supervivencia del MAL CINE.
Dwain ESPER ( creador, en los años 30, de imbecilidades monumentales como "Narcotic," "Maniac," o "How To Undress In Front Of Your Husband" ) , conoció a ese público perfectamente: el granjero que , después del servicio religioso del domingo, dejaba a su familia en el circo y se daba un tiempo para disfrutar, al lado, de una exhibición de fenómenos, o los merecimientos de una bailarina exótica. (De)formado por sus años como empresario y organizador en el circuito infame de los "freakshows," Esper llevó todo lo aprendido al campo cinematográfico, especialmente a la promoción escandalosa, hiperbólica y sensacionalista de su espectáculo, porque, si algo supo siempre explotar hasta los extremos más delirantes, fue aquella antigua máxima del marketing que dice "vende el olorcito, no el churrasco." Era la invitación a presenciar algo tan inimaginablemente atroz, procaz, repulsivo,desviado o inmoral ( para ese público rústico ) lo que en realidad vendía Esper, y otros como él, y otros muchos después de él. Toda la operación cinematocarnavalesca de Esper estaba organizada siguiendo el modelo de las "ferias de atrocidades" en las que se inició : presupuestos minúsculos, exhibición estilo "roadshow" en regiones rurales o distritos marginales de ciudades mayores, carteles, afiches y fotos que ofrecían muchísimo más de lo que realmente entregaba, y la estrategia de adecuarse a los rigores o negligencias de las autoridades locales. Cualquiera fuera el tema, mientras fuera sórdido o de mal gusto, Esper estaba dispuesto a explotarlo. Drogadicción ( con la descripción cuidadosa y didáctica de cómo inyectarse heroína ) , partos ( sí, ver la cabeza de un niño salir por la vagina dilatada de mamá era un espectáculo, a falta de pornografía disponible ) , o canibalismo ( si las nativas exhibían las tetas mientra masticaban, pues mucho mejor ), podían disfrazarse como material educativo o de denuncia y circunnavegar a la censura de la época. Señalar el pecado, desnudar el vicio, pero describirlo ( y celebrarlo ) con meticulosa delectación. Bienvenidos al "CINE DE EXPLOTACIÓN."
El cine de Esper y demás rufianes como él, y a quienes estaremos eternamente agradecidos, encontró su habitat antinatural en las grietas y olvidos de las regulaciones represivas que sometieron al cine norteamericano durante medio siglo. Hasta los años 20, el cine hecho en los EE.UU. se había permitido demasiados excesos, segun las ligas puritanas de defensa de la moral ( viejas con influencia ) y la iglesia católica ( alcohólicos pedófilos ), y había que tomar medidas severas, básicamente, decidir lo que los adultos podían, o no, ver en una pantalla de cine. El estricto y ridículo Código Hays, concebido por una corriente ultra represora a la que la sociedad norteamericana obedece cíclicamente ( la Ley Seca se aplicó con furia durante esos años ) fue asimilado como mecanismo de autocensura por los grandes estudios, quienes tenían mucho más que perder si los gobiernos locales y federales decidían ser los que aplicaran las regulaciones. Pero el alcance, o celo, del Código sólo le apretaba el lazo a los mayores ( 20th Century Fox, Paramount, MGM, Warner Brothers, RKO ) , los que entretenían a la mayor parte de la población norteamericana, permitiendo a los productores independientes, por periféricos, moverse con algo más de libertad. Pero no demasiada. Ser independiente en aquellos años, en Norteamérica, significaba tener acceso sólo a salas de cine también independientes, que no eran de propiedad de los grandes estudios ( hasta 1948, estos constituían monopolios completos, con sus propios sistemas de distribución y teatros ) y que los limitaba a ciertas áreas y regiones del país. Estableciéndose en las márgenes de la industria, ahí donde la presión de la censura se sentía menos, en los cientos de pequeños pueblos de las zonas menos desarrolladas, los más independientes de los independientes, como Esper, hicieron negocio, y la historia turbia del MAL CINE.
De la insalubre astucia y total orfandad de talento de Dwain Esper, nos han llegado joyas improbables del MAL CINE como la mencionada "MANIAC" ( 1934 ), un ejercicio de indescriptible ineptitud cinematográfica en el que la torpeza adquiere reales niveles de depravación. Decir que la película "es acerca de algo," sería concederle a esta un atisbo de dignidad ajena totalmente a las motivaciones de Esper ; "MANIAC" es un encadenamiento bruto de escenas "dramáticas" y viñetas "informativas" con el asunto de la demencia, y sus variadas manifestaciones, como excusa para un espectáculo que no se diferencia mucho de aquellos genuinos "freakshows" que a Esper le sirvieron de escuela. No satisfecho con rebajar el nivel del cine sólo dirigiendo sus propias películas, a Dwain Esper le corresponde el indiscutible honor de haber lanzado contra el mundo una de las más célebres películas de explotación : "REEFER MADNESS," algo así como la madre de todas las MALAS PELICULAS. Aunque no fuera la primera de ellas, "REEFER MADNESS" ( "Locura del Troncho" ) ha solidificado en la imaginación de los adictos al MAL CINE como su máximo epítome y ejemplo. El título original era "TELL YOUR CHILDREN" ( "Cuéntele a sus Hijos" ) , fue dirigida por Louis Gasnier en 1936 ( el mismo año en que Esper roleó "MARIHUANA" ) , y financiada por alguna asociación religiosa para servir como advertencia a los padres sobre los efectos perniciosos de la cannabis. A poco de ser filmada, fue adquirida por Esper, quien le introdujo gratuitas y caprichosas escenas "sexuales," la rebautizó con un título más escandalizante y la distribuyó en el circuito de explotación, prostituyendo las intenciones de los productores originales. Esper vivió lo suficiente ( hasta 1982 ) para ver a "REEFER MADNESS" convertirse en el celebrado símbolo contracultural de desacato a las leyes anti-droga : en 1971 fue descubierta en la Biblioteca del Congreso norteamericano por el líder de NORML ( Organización Nacional para la Reforma de las Leyes
anti-Marihuana ), comprada por él y distribuída en las universidades del país. A partir de entonces, desde que un público joven, urbano, intelectualizado e impúdicamente hedonista, creó un nuevo contexto para la película, re-codificándola para ser leída de una forma completamente distinta a la original ( había que verla estonazo, por supuesto ) , "REEFER MADNESS" conoció el éxito en una magnitud que ni Dwain Esper ni nadie en el circuito de explotación habría podido siquiera soñar. De todas formas, a Esper y a los productores originales jamás se les ocurrió asegurar los derechos de la película por lo que, en pocos años, "REEFER MADNESS" pasó al dominio público, quedando disponible para quien quisiera hacerse de ella, y distribuirla. Pero el ejemplo de "REEFER MADNESS" es atípico: una MALA PELICULA nunca pasa a la conciencia colectiva del "mainstream," excepto como dato, jamás como EXPERIENCIA. Volviendo a la comparación inicial, esta "CiNePaRaFiLiA" ( cuando eso es lo que es, y no un turístico paseo por el lado salvaje) es algo que se HACE, no algo de lo que se tenga que hablar ( o escribir ) mucho. Una MALA PELICULA no tiene valor de novedad --es decir, un buscador de novedades, y los chicos que quieren estar "cool," o un periodista, pueden tolerar una MALA PELICULA durante un tiempo, siempre que esta se les presente como PRODUCTO ( "trash cinema" ) , en un bonito envase y cuidadosamente explicada/marketeada. El cineparafílico, al contrario, hila fino, discrimina, se especializa. El consumidor se atraganta, es un omnívoro incapaz de diferenciar sutilezas. El consumidor NUNCA DESCUBRE, el consumidor depende pasivamente de la información, y a ella debe volver constantemente, para leer la marca que señale el medidor de novedades. El consumidor no VE : se le hace ver.
El MAL CINE, durante la década de 1930, dada la temperatura moral de la época, jugó con el miedo y la seducción del pecado para atrapar la curiosidad patológica de una audiencia que, ciertamente, creía que el crimen no paga, que el vicio siempre debe ser castigado, y otras mentiras, pero que, mientras el mal era definitivamente vencido por la rectitud y la temperancia ( bien al final de la película, y como por cumplir ) , podía pasar un buen momento "pecando por poder." En "REEFER MADNESS" ( '36 ) , "MARIHUANA" ( '36) , "ASSASSIN OF YOUTH" ( '37 ) , o "THE COCAINE FIENDS" ( '35 ) , sus perpetradores podían contrabandear el tipo de material que Hollywood ( estudios mayores y menores ) evitaba como a la lepra, y que era la razón de ser del MAL CINE, esa combinación de transgresión y escarmiento en un espectáculo voyeurista aliviado de cualquier obligación edificante.
El MAL CINE es una manera de VER, como ya hemos dicho, más que un empeño completa y cuidadosamente calculado, por infames que hubieran sido las intenciones del creador ( y lo eran, qué duda cabe ) . En su tiempo, un director como Esper sabía qué tipo de películas llevarle a qué tipo de público, y sabía, además, que la vida efectiva de ellas era muy corta. Podemos estar seguros de que, quienes veían sus películas, nunca las vieron una segunda vez. El potencial íntegro, el destino manifiesto, de una MALA PELICULA se cumple en una segunda vida, a través de esa OTRA mirada, mucho tiempo ( a veces décadas ) después de haber sido concebida. Una MALA PELICULA debe sufrir una primera muerte, ser completamente olvidada, ignorada, por una generación y ser revivida, en el futuro, por la réproba sociedad secreta de cineparafílicos. Discretamente. Esa es la clave final del MAL CINE, y del MAL DE CINE, la llave que abre la puerta invisible al inframundo del peor cine, el gen mutante que hace a unos pocos ojos capaces de VER.
Sabemos que Dwain Esper no fue el primero, pero ahí está, habiéndose ganado un lugar destacadísimo en el Panteón de los Anti-Héroes. Le debemos creaciones que se sostienen por sí solas en un combate rollo a rollo entre las más MALAS de las MALAS PELICULAS, y le debemos el que, posiblemente, "REEFER MADNESS" no haya terminado siendo destruída sin dejar rastro, destino inimaginable de tantas MALAS PELICULAS legendarias, y de las que sólo sobreviven las referencias que transforman a los recuerdo en mitos.
Con cada nueva década, con la llegada de un nuevo público, con el desgaste de sus propias tóxicas ofertas, siempre a la búsqueda de formas imaginativas de rebajar los standards de calidad del medio, el MAL CINE podía contar con la colaboración dedicada de nuevos directores y productores, definiendo otros perfiles, pero conservando el viejo temperamento. Si en los años 30 el énfasis estuvo puesto en señalar cómo es que el pecado, el más ligero desliz permisivo, arrastraba a la inocencia por el fango de la degradación más alucinante ( lo cual siempre es muy divertido de ver ) , el MAL CINE de los años 40, 50 y 60 también sería marcado por el signo cambiante de los tiempos. Las historias de pureza humillada cederían el paso a las aventuras de personajes cada vez más conscientes y libres de elegir el pecado. El basamento moralista encontraba un nuevo maquillaje, o se hacía inconsciente, pero no desapareció. El MAL CINE de los años 60 representa la culminación y el abismo del cine de SEXplotación, lo más lejos y lo más bajo a lo que se pudo llegar antes del sexo explícito. Hasta su último período, antes de caer herido de muerte por la legalización de la pornografía ( sus destinos estaban ligados, después de todo ) a finales de la década, el cine de explotación mantuvo fidelidad a su principio rector : SI EL SEXO VENDE, EL SEXO SUCIO VENDE MEJOR. El MAL CINE más oscuro, degradante, pesimista, perturbado y por lo tanto, más genuino y querido ( por quien esto escribe ), fue aquel que desfiguró el tema sexual y redujo su tratamiento a la grotesca caricatura de la que ahora disfrutamos en sus propios términos. El exhibicionismo de la pornografía "hardcore" es agotador y limitado. El MAL CINE, incapaz, por anárquico e irresponsable, de reducirse a una fórmula ( la pornografía domina su coreografía, sus propios y cuidados tiempos ) , se abandonó a una experimentación espástica y subnormal.
Dr. Vértigo
Le he pedido al Doctor que me permita publicar lo que ha escrito hasta aquí. Tiene mucho material que compartir con nosotros, comentarios, opiniones, recuerdos de extrañas películas e imágenes. El no lo cree, pero yo le digo que talvez existan algunos zombies perdidos por ahí, poseídos por el MAL DE CINE. Para ellos está escribiendo.
-Cairo
Mi amigo Renso, el de CARBONCITO, me hace cada pregunta...Se interesó por mis preferencias cinematográficas, vaya Dios a saber por qué, y se puso él solito en la incómoda situación de tener que soportar uno de mis discursos. Lo siento por él. Y pensé que talvez sería el momento de solicitar la ayuda del Doctor Vértigo. El no sólo conoce mis gustos, los comparte. Y como me lleva la delantera, me he dejado arrastrar por él en la aventura de corromper los sentidos, bañándome en la luz enferma del cine que el mundo desprecia. Y con razón. Si alguien puede hablar sobre el mal cine, es el Doctor Vértigo
-Cairo
MAL de CINE
con el Dr. Vértigo
( maldecine@yahoo.es )
Alguien ve una película incuestionablemente mala-- tan MALA, estúpida e incoherente que sólo podría haber nacido de la mente creativa más transtornada-- y abandona la sala de cine, o cambia de canal. En pocos minutos, el recuerdo de la película se diluye, sin dejar rastros ni consecuencias. Pero hay otra persona que, viendo exactamente la misma película, queda transformada. Lo que acaba de sucederle no puede ser descrito, prosaicamente, sólo como "ver una mala película." Ha sido una EXPERIENCIA completa. Rotunda. Definitiva. Irreversible.
La "adicción" al MAL CINE es la única adicción que cumple con el mito popular ( y advertencia de todas las madres ) de tomar posesión de su víctima al instante. Uno no puede habituarse al MAL CINE de manera progresiva. No es una preferencia que se cultive y se eduque. Es una obsesión colosal que aplasta cualquier llamado a la cordura, o invocación al buen gusto. Es que el adicto sabe perfectamente que SU tipo de películas es indefendible. Es el desafío a todo lo bueno, digno y elevado del cine bueno, digno y elevado lo que excita sus más bajas pasiones cinematográficas. Y esto, sólo para empezar. Hay muchas "cualidades" del mal cine que cada adicto percibe, registra, y que favorece por encima de otras: EL MAL CINE ESTA EN LOS OJOS DE QUIEN LO SABE VER.
No hay una explicación satisfactoria para el nacimiento, desarrollo y persistencia del "MAL DE CINE" en los individuos que manifiestan esta inclinación, pero una manera de presentarlo es comparándolo con una PARAFILIA. Al igual que con los hábitos sexuales a los que nos referimos con ese término, quien "padece" el Mal de Cine lo asume en toda su perversa singularidad. No busca reconocimiento ni aceptación, ni siquiera complicidad, porque, como el oficio del dibujante de comics, el Mal de Cine es, esencialmente, un vicio solitario. Ver cine es una rutina social, componente de un sistema de ritos gregarios que hacen de él un espectáculo de masas. Se va al cine acompañado o se comparte la experiencia posteriormente con otras personas, con las que se busca conectar, encontrar en ellas a nuestros iguales, completar los circuitos de sociabilización, sentir la recompensa de ser parte de una colectividad reunida en torno a una preferencia "culta" o "popular," un universo conocido que excluye al cine verdaderamente marginal. No una vanguardia extrema y elitista. Ver MAL CINE, realmente VERLO, ser poseído por él, es pertenecer a una retaguardia sórdida ( qué imagen ) en la que ni el cine como espectáculo escapista, ni el cine indiscutiblemente artístico, tienen cabida, o significado, y que está compuesta por tan pocos individuos que es imposible poder hablar de una corriente, estilo o escuela. No existe un canon para el mal cine. El mal cine esta hecho en, y por, la mirada aislada de esos pocos que vemos distinto. Que vemos MAL.
malas películas y MALAS PELICULAS
Ciertamente, hay un cine poblado de películas convencionales, predecibles, formulaicas* y a las cuales, quienes sabemos VER, alcanzamos a describir sólo como "malas." Malas como hay tantas, del montón, anodinas, tan lejanas de nuestra sensibilidad como las "buenas" películas. A las malas películas se les nota el esfuerzo. Tienen ambiciones, pretensiones. Quieren ansiosamente ser un cine al que le corresponda un público normal ; no exigente, estúpido e ignorante, sin duda, pero normal. Al MAL CINE pertenecen películas que han cruzado un límite. Todos los límites. Mientras que una mala película permanece ceñida a la prudencia autorregulatoria de su autor o autores ( invariablemente una banda de mercaderes, más que un creador independiente ) , para no permitirse veleidades artísticas y mejor servir a ese público normal-ideal, una MALA PELICULA es una monstruosidad con voluntad, instintos y caprichos propios, una entidad espantosa que escapa de las manos de quien la crea, viaja, y anida en la conciencia pervertida de su impresentable "público." El empeño crudamente comercial de cualquier mala película es una preocupación insignificante, un juego de niños, para el creador de una MALA PELICULA. El propósito que lo anima es siempre grosero, vilmente comercial y anti-artístico, que nadie dude por un instante de su venalidad, pero a diferencia de aquello que se conoce como "producto," una MALA PELICULA no es complaciente. Es confrontacional. Talvez el mismo autor no sea enteramente consciente de ello, pero una MALA PELICULA tiene que brotar desde la oscuridad de una profunda ruindad intelectual, moral y estética. Y si algo funciona MAL en quien hace una MALA PELICULA, algo está peor en quien la SABE VER.
Boceto para una historia del MAL CINE
No sería justo hablar de MAL CINE en los primerísimos años de la "curiosidad científica" inventada por los Lumiere. Era demasiado pronto para exigirle coherencia, estructura o belleza a esa nueva forma de comunicación que, en su estado rudimentario, simplemente se esforzaba por no ser olvidada como una novedad pasajera. El cine pornográfico, visto en todo su potencial meretricio desde el día uno de la cinematografía, es un fenómeno paralelo, más marginal todavía, y con características fundamentales que lo separan del MAL CINE. Para empezar, y eso lo diría todo, era ilegal, subterráneo como ningún otro cine, perseguido pero irreductible. El MAL CINE ( que propiamente tomaría forma a medida que el cine se definía como lenguaje visual y como espectáculo comercial masivo ) siempre tentó a la censura, pero no lo suficiente para que su juego lo limitara a la media luz de unos cuantos burdeles, o la oscuridad de fiestas de solteros adinerados. El MAL CINE, por comparación, tiene un origen casi ingenuo y provinciano. Fue el puritanismo de las comunidades rurales de Norteamérica, entre cuyos pliegues subconscientes reposan los sueños más pervertidos, el que hizo posible la supervivencia del MAL CINE.
Dwain ESPER ( creador, en los años 30, de imbecilidades monumentales como "Narcotic," "Maniac," o "How To Undress In Front Of Your Husband" ) , conoció a ese público perfectamente: el granjero que , después del servicio religioso del domingo, dejaba a su familia en el circo y se daba un tiempo para disfrutar, al lado, de una exhibición de fenómenos, o los merecimientos de una bailarina exótica. (De)formado por sus años como empresario y organizador en el circuito infame de los "freakshows," Esper llevó todo lo aprendido al campo cinematográfico, especialmente a la promoción escandalosa, hiperbólica y sensacionalista de su espectáculo, porque, si algo supo siempre explotar hasta los extremos más delirantes, fue aquella antigua máxima del marketing que dice "vende el olorcito, no el churrasco." Era la invitación a presenciar algo tan inimaginablemente atroz, procaz, repulsivo,desviado o inmoral ( para ese público rústico ) lo que en realidad vendía Esper, y otros como él, y otros muchos después de él. Toda la operación cinematocarnavalesca de Esper estaba organizada siguiendo el modelo de las "ferias de atrocidades" en las que se inició : presupuestos minúsculos, exhibición estilo "roadshow" en regiones rurales o distritos marginales de ciudades mayores, carteles, afiches y fotos que ofrecían muchísimo más de lo que realmente entregaba, y la estrategia de adecuarse a los rigores o negligencias de las autoridades locales. Cualquiera fuera el tema, mientras fuera sórdido o de mal gusto, Esper estaba dispuesto a explotarlo. Drogadicción ( con la descripción cuidadosa y didáctica de cómo inyectarse heroína ) , partos ( sí, ver la cabeza de un niño salir por la vagina dilatada de mamá era un espectáculo, a falta de pornografía disponible ) , o canibalismo ( si las nativas exhibían las tetas mientra masticaban, pues mucho mejor ), podían disfrazarse como material educativo o de denuncia y circunnavegar a la censura de la época. Señalar el pecado, desnudar el vicio, pero describirlo ( y celebrarlo ) con meticulosa delectación. Bienvenidos al "CINE DE EXPLOTACIÓN."
El cine de Esper y demás rufianes como él, y a quienes estaremos eternamente agradecidos, encontró su habitat antinatural en las grietas y olvidos de las regulaciones represivas que sometieron al cine norteamericano durante medio siglo. Hasta los años 20, el cine hecho en los EE.UU. se había permitido demasiados excesos, segun las ligas puritanas de defensa de la moral ( viejas con influencia ) y la iglesia católica ( alcohólicos pedófilos ), y había que tomar medidas severas, básicamente, decidir lo que los adultos podían, o no, ver en una pantalla de cine. El estricto y ridículo Código Hays, concebido por una corriente ultra represora a la que la sociedad norteamericana obedece cíclicamente ( la Ley Seca se aplicó con furia durante esos años ) fue asimilado como mecanismo de autocensura por los grandes estudios, quienes tenían mucho más que perder si los gobiernos locales y federales decidían ser los que aplicaran las regulaciones. Pero el alcance, o celo, del Código sólo le apretaba el lazo a los mayores ( 20th Century Fox, Paramount, MGM, Warner Brothers, RKO ) , los que entretenían a la mayor parte de la población norteamericana, permitiendo a los productores independientes, por periféricos, moverse con algo más de libertad. Pero no demasiada. Ser independiente en aquellos años, en Norteamérica, significaba tener acceso sólo a salas de cine también independientes, que no eran de propiedad de los grandes estudios ( hasta 1948, estos constituían monopolios completos, con sus propios sistemas de distribución y teatros ) y que los limitaba a ciertas áreas y regiones del país. Estableciéndose en las márgenes de la industria, ahí donde la presión de la censura se sentía menos, en los cientos de pequeños pueblos de las zonas menos desarrolladas, los más independientes de los independientes, como Esper, hicieron negocio, y la historia turbia del MAL CINE.
De la insalubre astucia y total orfandad de talento de Dwain Esper, nos han llegado joyas improbables del MAL CINE como la mencionada "MANIAC" ( 1934 ), un ejercicio de indescriptible ineptitud cinematográfica en el que la torpeza adquiere reales niveles de depravación. Decir que la película "es acerca de algo," sería concederle a esta un atisbo de dignidad ajena totalmente a las motivaciones de Esper ; "MANIAC" es un encadenamiento bruto de escenas "dramáticas" y viñetas "informativas" con el asunto de la demencia, y sus variadas manifestaciones, como excusa para un espectáculo que no se diferencia mucho de aquellos genuinos "freakshows" que a Esper le sirvieron de escuela. No satisfecho con rebajar el nivel del cine sólo dirigiendo sus propias películas, a Dwain Esper le corresponde el indiscutible honor de haber lanzado contra el mundo una de las más célebres películas de explotación : "REEFER MADNESS," algo así como la madre de todas las MALAS PELICULAS. Aunque no fuera la primera de ellas, "REEFER MADNESS" ( "Locura del Troncho" ) ha solidificado en la imaginación de los adictos al MAL CINE como su máximo epítome y ejemplo. El título original era "TELL YOUR CHILDREN" ( "Cuéntele a sus Hijos" ) , fue dirigida por Louis Gasnier en 1936 ( el mismo año en que Esper roleó "MARIHUANA" ) , y financiada por alguna asociación religiosa para servir como advertencia a los padres sobre los efectos perniciosos de la cannabis. A poco de ser filmada, fue adquirida por Esper, quien le introdujo gratuitas y caprichosas escenas "sexuales," la rebautizó con un título más escandalizante y la distribuyó en el circuito de explotación, prostituyendo las intenciones de los productores originales. Esper vivió lo suficiente ( hasta 1982 ) para ver a "REEFER MADNESS" convertirse en el celebrado símbolo contracultural de desacato a las leyes anti-droga : en 1971 fue descubierta en la Biblioteca del Congreso norteamericano por el líder de NORML ( Organización Nacional para la Reforma de las Leyes
anti-Marihuana ), comprada por él y distribuída en las universidades del país. A partir de entonces, desde que un público joven, urbano, intelectualizado e impúdicamente hedonista, creó un nuevo contexto para la película, re-codificándola para ser leída de una forma completamente distinta a la original ( había que verla estonazo, por supuesto ) , "REEFER MADNESS" conoció el éxito en una magnitud que ni Dwain Esper ni nadie en el circuito de explotación habría podido siquiera soñar. De todas formas, a Esper y a los productores originales jamás se les ocurrió asegurar los derechos de la película por lo que, en pocos años, "REEFER MADNESS" pasó al dominio público, quedando disponible para quien quisiera hacerse de ella, y distribuirla. Pero el ejemplo de "REEFER MADNESS" es atípico: una MALA PELICULA nunca pasa a la conciencia colectiva del "mainstream," excepto como dato, jamás como EXPERIENCIA. Volviendo a la comparación inicial, esta "CiNePaRaFiLiA" ( cuando eso es lo que es, y no un turístico paseo por el lado salvaje) es algo que se HACE, no algo de lo que se tenga que hablar ( o escribir ) mucho. Una MALA PELICULA no tiene valor de novedad --es decir, un buscador de novedades, y los chicos que quieren estar "cool," o un periodista, pueden tolerar una MALA PELICULA durante un tiempo, siempre que esta se les presente como PRODUCTO ( "trash cinema" ) , en un bonito envase y cuidadosamente explicada/marketeada. El cineparafílico, al contrario, hila fino, discrimina, se especializa. El consumidor se atraganta, es un omnívoro incapaz de diferenciar sutilezas. El consumidor NUNCA DESCUBRE, el consumidor depende pasivamente de la información, y a ella debe volver constantemente, para leer la marca que señale el medidor de novedades. El consumidor no VE : se le hace ver.
El MAL CINE, durante la década de 1930, dada la temperatura moral de la época, jugó con el miedo y la seducción del pecado para atrapar la curiosidad patológica de una audiencia que, ciertamente, creía que el crimen no paga, que el vicio siempre debe ser castigado, y otras mentiras, pero que, mientras el mal era definitivamente vencido por la rectitud y la temperancia ( bien al final de la película, y como por cumplir ) , podía pasar un buen momento "pecando por poder." En "REEFER MADNESS" ( '36 ) , "MARIHUANA" ( '36) , "ASSASSIN OF YOUTH" ( '37 ) , o "THE COCAINE FIENDS" ( '35 ) , sus perpetradores podían contrabandear el tipo de material que Hollywood ( estudios mayores y menores ) evitaba como a la lepra, y que era la razón de ser del MAL CINE, esa combinación de transgresión y escarmiento en un espectáculo voyeurista aliviado de cualquier obligación edificante.
El MAL CINE es una manera de VER, como ya hemos dicho, más que un empeño completa y cuidadosamente calculado, por infames que hubieran sido las intenciones del creador ( y lo eran, qué duda cabe ) . En su tiempo, un director como Esper sabía qué tipo de películas llevarle a qué tipo de público, y sabía, además, que la vida efectiva de ellas era muy corta. Podemos estar seguros de que, quienes veían sus películas, nunca las vieron una segunda vez. El potencial íntegro, el destino manifiesto, de una MALA PELICULA se cumple en una segunda vida, a través de esa OTRA mirada, mucho tiempo ( a veces décadas ) después de haber sido concebida. Una MALA PELICULA debe sufrir una primera muerte, ser completamente olvidada, ignorada, por una generación y ser revivida, en el futuro, por la réproba sociedad secreta de cineparafílicos. Discretamente. Esa es la clave final del MAL CINE, y del MAL DE CINE, la llave que abre la puerta invisible al inframundo del peor cine, el gen mutante que hace a unos pocos ojos capaces de VER.
Sabemos que Dwain Esper no fue el primero, pero ahí está, habiéndose ganado un lugar destacadísimo en el Panteón de los Anti-Héroes. Le debemos creaciones que se sostienen por sí solas en un combate rollo a rollo entre las más MALAS de las MALAS PELICULAS, y le debemos el que, posiblemente, "REEFER MADNESS" no haya terminado siendo destruída sin dejar rastro, destino inimaginable de tantas MALAS PELICULAS legendarias, y de las que sólo sobreviven las referencias que transforman a los recuerdo en mitos.
Con cada nueva década, con la llegada de un nuevo público, con el desgaste de sus propias tóxicas ofertas, siempre a la búsqueda de formas imaginativas de rebajar los standards de calidad del medio, el MAL CINE podía contar con la colaboración dedicada de nuevos directores y productores, definiendo otros perfiles, pero conservando el viejo temperamento. Si en los años 30 el énfasis estuvo puesto en señalar cómo es que el pecado, el más ligero desliz permisivo, arrastraba a la inocencia por el fango de la degradación más alucinante ( lo cual siempre es muy divertido de ver ) , el MAL CINE de los años 40, 50 y 60 también sería marcado por el signo cambiante de los tiempos. Las historias de pureza humillada cederían el paso a las aventuras de personajes cada vez más conscientes y libres de elegir el pecado. El basamento moralista encontraba un nuevo maquillaje, o se hacía inconsciente, pero no desapareció. El MAL CINE de los años 60 representa la culminación y el abismo del cine de SEXplotación, lo más lejos y lo más bajo a lo que se pudo llegar antes del sexo explícito. Hasta su último período, antes de caer herido de muerte por la legalización de la pornografía ( sus destinos estaban ligados, después de todo ) a finales de la década, el cine de explotación mantuvo fidelidad a su principio rector : SI EL SEXO VENDE, EL SEXO SUCIO VENDE MEJOR. El MAL CINE más oscuro, degradante, pesimista, perturbado y por lo tanto, más genuino y querido ( por quien esto escribe ), fue aquel que desfiguró el tema sexual y redujo su tratamiento a la grotesca caricatura de la que ahora disfrutamos en sus propios términos. El exhibicionismo de la pornografía "hardcore" es agotador y limitado. El MAL CINE, incapaz, por anárquico e irresponsable, de reducirse a una fórmula ( la pornografía domina su coreografía, sus propios y cuidados tiempos ) , se abandonó a una experimentación espástica y subnormal.
Dr. Vértigo
Le he pedido al Doctor que me permita publicar lo que ha escrito hasta aquí. Tiene mucho material que compartir con nosotros, comentarios, opiniones, recuerdos de extrañas películas e imágenes. El no lo cree, pero yo le digo que talvez existan algunos zombies perdidos por ahí, poseídos por el MAL DE CINE. Para ellos está escribiendo.
-Cairo
Friday, October 06, 2006
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